ENSEÑANZA DEL AYMARA

13.08.2013 19:08

¡La lengua es el alma de la cultura! SISTEMATIZACION DE LA ESCRITURA AYMARA: Elisiones y recuperaciones vocálicas (Castellano)

Juan Carvajal Carvajal

CNC – CEPOS

La adopción de un alfabeto consensuado para el idioma aymara en 1983[1], fue un paso muy importante dentro de la normalización de la escritura de esta lengua, y dio fin a la anarquía de los sistemas alfabéticos, y otros problemas afines. Pero la práctica cotidiana de la escritura, principalmente con fines educativos, hizo que surgieran otras dificultades de carácter complementario, como los referidos a la normalización, la estandarización, y dentro de éstas la sistematización de la escritura aymara.

 

Los casos de elisión vocálica

 

Un aspecto que tiene que ver con la escritura, que da lugar a frecuentes polémicas, es el relativo a la elisión vocálica, un fenómeno morfofonémico que a nivel oral caracteriza a la lengua aymara. La elisión vocálica es la pérdida de determinados segmentos vocálicos en la construcción de las palabras aymaras y en la y producción de las frases u oraciones. En aymara se presentan dos tipos de elisiones vocálicas: Las elisiones morfológicamente condicionadas que se presentan al interior de la palabra, que afectan a la vocal de la raíz o tema y las elisiones sintácticamente condicionadas o las que se presentan en la vocales finales de palabra dentro de la frase u oración.[2] (Cerrón, 1994).

 

Las elisiones morfológicamente condicionadas afectan a las vocales que se encuentran al interior de las palabras, raíces o temas, producto de los procesos morfológicos de flexión y derivación tanto nominal como verbal. La recuperación de estas vocales tanto en el registro oral como escrito podría afectar al significado de los mensajes.

 

Las elisiones sintácticamente condicionadas se presentan en las vocales finales de las palabras que forman la cadena oracional. Se da mayormente en las vocales finales de las palabras ubicadas al interior de la frase u oración, pero también, en la vocal final de la última palabra de la oración. Estas llamadas elisiones son productos de procesos morfofonémicos, y muy particularmente del ensordecimiento de las vocales. Las elisiones sintácticamente condicionadas, a diferencia de la anterior elisión, son fácilmente predecibles.

 

Sobre la desonorización ya Briggs, señalaba que, “en todos los dialectos los sufijos oracionales (…) suelen perder sus vocales finales cuando se encuentran al final de la frase dentro de la oración”[3]. Efectivamente, algunas vocales finales se suprimen o desonorizan o mejor se ensordecen.

 

Se debe dejar claro que, la normalización en general y la recuperación vocálica en posición final de palabra, en particular, solamente rige para la forma escrita, y no para el registro oral. Sin embargo, dentro del enunciado oral, si escuchamos con cuidado veremos que hay mayor elisión en los estilos de habla familiar o coloquial. En cambio en una alocución más formal, como las conferencias o el uso del aymara en la radio, los hablantes tienden a recuperar o pronunciar las vocales finales de las palabras.

 

Fundamentos para la recuperación vocálica

 

La escritura de la lengua aymara recuperando las elisiones vocálicas sintácticamente condicionadas exhibe razones que la fundamentan. De las que apuntamos algunas:

 

Sistema de escritura frente a los niveles de análisis fonológico, en el análisis fonológico de la lengua hay dos niveles, el fonético y el fonémico. Para el primer análisis es preciso recurrir a la transcripción fonética, que consiste en anotar lo más fielmente posible las realizaciones efectivamente percibidas, procurando la mayor fidelidad en la percepción y representación de los sonidos. (Lázaro; 1953)[4] Aunque cada sonido es un evento único y no se repite incluso en la misma persona, es posible agrupar los sonidos en clases naturales caracterizadas por sus propiedades articulatorias más o menos comunes. El nivel fonético es de interés para los especialistas, pues los hablantes pasan por alto las variaciones que sufren los sonidos.

 

En cambio, el análisis fonémico, corresponde a la comunicación, del que el hablante tiene conciencia, pues tiene relevancia para los efectos de la comunicación. Los fonemas en cada lengua tienen un número determinado, estable o invariable, y refleja la conciencia lingüística del hablante.

 

Al nivel de la escritura, debemos indicar que los sistemas de escritura alfabética, como el caso del aymara, tienen base y sustento en el análisis del nivel fonémico. En consecuencia, la escritura de la lengua aymara es un sistema de representación cuya base es el análisis del nivel fonémico superando las prácticas transcripcionistas. No confundir “el nivel de transcripción fonética con la escritura fonológica”[5].

Sistematización de la escritura y la distinción entre lengua escrita y oral, hay la idea de que la escritura debe ser un calco de la expresión oral, como si existiera una total coincidencia entre la lengua oral y la lengua escrita. Sobre este aspecto se ha desarrollado dos teorías[6], la“teoría de la continuidad” que sostiene, que la lengua oral y la escrita son en esencia medios lingüísticos equivalentes con funciones similares. La segunda, es la “teoría de la gran línea divisoria” que sustenta que la lengua oral y la cultura escrita, aunque son interactivas, son diferentes. (Olson y Torrance) [7]

 

Siguiendo la segunda teoría, los autores coinciden en señalar que el lenguaje escrito es diferente del oral. Se afirma que buscar la coincidencia entre el habla y la escritura es una pretensión anticientífica. Las personas escriben como los otros escriben, de manera distinta de cómo hablan. La lengua escrita exige una mayor reflexión metalingüística, una mayor atención a su estructura lógica y la forma, mediante la búsqueda y selección de palabras, construcciones y accidentes gramaticales, que por su carácter descontextualizado, son importantes para transmitir el mensaje y facilitar la recreación del significado por parte del lector.

 

Por norma, las palabras aymaras en su totalidad, terminan en una vocal. No se encontrará en aymara palabras que en posición final terminen en consonante. Esta estructura se manifiesta también en los préstamos que se introducen al aymara, de manera que, si la palabra prestada termina en consonante, obligatoriamente se aumenta una vocal, generalmente la /a/, aunque no se descartan las otras vocales. Como cada regla tiene su excepción, ésta también presenta excepciones, que están referidos fundamentalmente a algunas interjecciones. Los sufijos aymaras tienen también una estructura parecida a las palabras. Por cuanto, todos terminan en una vocal.

 

Considerando la estructura de la palabra y los sufijos aymaras, y considerando que el sistema de escritura debe representar cada palabra con una imagen léxica independiente,[8] se propone que la escritura sistemática del aymara represente la genuina estructura de la palabra, con o sin sufijos, morfológica o sintáctica, sin las elisiones vocálicas que atentan contra su identidad e integridad.

 

Para concluir, me permito señalar que, la práctica elisionista de la escritura aymara es reciente, producto de la corriente lingüística estructuralista norteamericano, “que se limita a estudiar la parte exterior de las lenguas.” (Zimmermann; 1999:98)[9] Concretamente se manifiesta a partir de los trabajos apoyados por la lingüista Helen Ross y otros posteriores. Los textos aymara anteriores están escritas en su forma completa.

 

Promotores de la escritura del Pueblo/Naciòn Aymara

Sin embargo, los seguidores de la escritura elidida, o corriente transcripcionista, no son consecuentes, no observan ninguna regularidad, constancia ni coherencia, por cuanto, una categoría de palabras que cumplen una misma función, unas veces es escrita en su forma elidida y otras veces no elidida, o se pasan al otro extremo, elidiendo en todos los casos.

 

Estructura profunda y estructura superficial en la escritura sistemática, la identificación de la estructura profunda y estructura superficial de las lenguas, fue desarrollada profusamente por el lingüista norteamericano Noam Chomsky y sus seguidores. En el entendido de que, “Toda lengua puede considerarse como una particular relación entre el sonido y el sentido”, entendiéndose aquí por sonido aquella forma fonética determinada por la estructura superficial, y por sentido, el contenido semántico determinado por la estructura profunda.

 

 (Velilla; 1974:82) Sin embargo, se debe aclarar que esta teoría fue objeto de un análisis y desarrollo bastante complejo por su autor, aquí solamente se tomará la sección pertinente para los propósitos de la presente nota.

 

Para hacer breve un extenso análisis diremos que, “...la representación sintáctica de una oración comprende, esencialmente, dos partes: una estructura profunda, representada por el conjunto de los marcadores sintagmáticos subyacentes e interpretable semánticamente (sentido) y una estructura superficial, representada por el marcador sintagmático derivado final e interpretable fonéticamente (sonido).”[10] (Ruwet; 1978:416).

 

Este aspecto nos induce a tomar conciencia de que el nivel oral responde a la estructura superficial de la lengua, que como consecuencia de las transformaciones, tiende a suscitar situaciones ambiguas. En cambio, el lenguaje escrito corresponde a la estructura profunda, que tiene un sentido claro y preciso. Por eso, la escritura de la lengua aymara debe reflejar la estructura profunda de la lengua con la finalidad de hacer comprensible la comunicación y no una transcripción fonética, como sucede con las elisiones vocálicas, donde las oraciones pueden adquirir un significado ambiguo y confuso.

 

Escritura sistemática coherente con la estructura de la palabra aymara,

como la definición de la palabra en las lenguas en general y en aymara en particular, es muy controversial, adoptamos la que considera como la unidad libre mínima, intercambiable, y limitada por dos pausas o por un signo de puntuación y una pausa y viceversa. Puede constar de una raíz con o sin sufijos flexivos y/o derivativos, y que sirve para diferenciar frases. Y de acuerdo a la clase de sufijos añadidos a la raíz, se dan dos clases de palabras: la palabra morfológica y la palabra sintáctica. La palabra morfológica es la forma libre susceptible de tomar sufijos oracionales y/o independientes. La palabra sintáctica es una forma libre que consiste de una palabra morfológica más sufijo o sufijos independientes y/o oracionales.[11]

 

 



[1] Este alfabeto mereció reconocimiento oficial mediante D.S. 20227 del 9 de julio de 1984.

[2] Cerrón Palomino, Rodolfo. Quechumara Estructuras paralelas de las lenguas quechua y aymara. Cipca, Nº. 42. 1994, La Paz

[3] Briggs, Lucy Therina. El Idioma aymara - variantes regionales y sociales. Ediciones ILCA, 1993 La Paz.

[4] Lázaro Carreter, Fernando. Diccionario de términos filológicos. Ed. Gredos. 1953, Madrid

[5] Jung, Ingrid El quechua en la escuela: la experiencia del Programa de Educación Bilingüe – Puno. En: El Quechua en Debate. Ideología, normalización y enseñanza. Ed. Juan Carlos Godenzzi. CBC 1992 Cusco.

[6] David R. Olson y Nancy Torrance Introducción. En: Cultura escrita y oralidad. Comps. Olson y Torrance. Gedisa ed. 1995 Barcelona.

[7] David R. Olson y Nancy Torrance. Ob. Cit.

[8] Saenger, Paul. La separación de las palabras y la fisiología de la lectura. En: Cultura escrita y oralidad. Nancy Torrance y David R. Olson (compiladores) Gedisa, 1995 Barcelona

[9] Zimmermann, Klaus. Política del lenguaje y planificación para los pueblos amerindios: Ensayos de ecología lingüística. Vervuert Iberoamericana. 1999 (98). Madrid

[10] Ruwet, Nicolás. Introducción a la Gramática Generativa. Trad. Elena Bombín y Marcos Martínez Hernández. Segunda Edición. Ed. Gredos. 1978. Madrid.

[11] Briggs. Ob. cit.